Urge legislar el uso de triciclos y bicicletas eléctricas ante su expansión en la movilidad urbana

El uso de triciclos y bicicletas eléctricas ha crecido de manera acelerada en los últimos años, al punto de convertirse en vehículos que circulan diariamente por avenidas principales, calles interiores e incluso vías rápidas de la ciudad. Sin embargo, esta expansión contrasta con un vacío legal que mantiene a estos medios de transporte en una zona gris, sin regulación específica, sin seguro obligatorio y sin una licencia que garantice que sus usuarios cuentan con conocimientos básicos de tránsito.

De acuerdo con especialistas en seguridad vial consultados por Accidentes Yucatán, esta falta de normatividad coloca en riesgo no solo a los propios conductores de estos vehículos, sino también a peatones, ciclistas convencionales, motociclistas y automovilistas que comparten el mismo espacio vial.

Un “limbo legal” que ya no puede sostenerse

En la actualidad, triciclos y bicicletas eléctricas siguen clasificados en algunos reglamentos como “vehículos recreativos”, una denominación que —según expertos— dejó de corresponder a la realidad cotidiana. Su presencia se ha integrado de lleno al flujo vehicular, desplazándose con rapidez, transportando mercancías e incluso utilizándose como medio principal de movilidad.

Sin embargo, al no existir requisitos mínimos de seguridad, sus conductores circulan sin protección jurídica y sin obligaciones claras, lo que agrava los riesgos ante un accidente.

Puntos clave que deben reformarse

Entre las medidas urgentes que especialistas y organizaciones de seguridad vial proponen incluir en una reforma legislativa destacan:

Seguro de responsabilidad civil obligatorio para cubrir daños a terceros. Licencia o permiso especial, otorgado únicamente tras capacitación vial. Eliminación de la clasificación de “vehículo recreativo”, al no corresponder a su uso actual. Normas técnicas claras, como límites de velocidad, zonas permitidas de circulación y equipo obligatorio (casco, luces, señales sonoras, reflectores).

Estas medidas, señalan, no buscan restringir la movilidad ni prohibir estos vehículos, sino establecer condiciones mínimas que permitan un uso seguro, ordenado y responsable.

Regular para proteger vidas

Especialistas advierten que, sin una legislación actualizada, lo que hoy se ve como una alternativa de movilidad accesible y eficiente podría convertirse en un factor permanente de riesgo en las calles. “Regular no es prohibir, es proteger vidas”, subrayan.

Mientras estos vehículos sigan creciendo en número sin una normativa adecuada, el tránsito urbano continuará expuesto a situaciones que podrían evitarse con reglas claras, capacitación y responsabilidad compartida.

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