Por: Fernando Simones
Hoy debería ser una fecha de entusiasmo para los aficionados de Leones de Yucatán. El esperado juego inaugural marca el inicio de una nueva temporada, y miles de seguidores confiaron en la organización desde septiembre de 2024, adquiriendo sus abonos para toda la serie regular con la promesa de beneficios exclusivos, incluyendo la preferencia en la compra de boletos para partidos importantes.
Sin embargo, en lugar de celebrarse el compromiso con los abonados, el arranque de la temporada se ve empañado por fallas tecnológicas que han impedido a muchos acceder a sus boletos o hacer gestiones en la aplicación oficial. La plataforma, lejos de ser una solución moderna, se ha convertido en una barrera frustrante que margina precisamente a quienes apostaron primero por el equipo.
Más grave aún es la decisión de no habilitar ningún punto de venta físico para atender personalmente a los abonados afectados. Este desprecio por el trato directo demuestra una desconexión alarmante con la afición que ha sostenido al equipo durante años.
Los Leones de Yucatán tienen una deuda moral con sus abonados. La fidelidad se honra con respeto y soluciones, no con excusas tecnológicas ni evasivas administrativas. El equipo no solo juega en el campo: también se gana o se pierde en la confianza del público. Y hoy, esa confianza está siendo puesta a prueba.
Es urgente que la directiva ofrezca alternativas reales e inmediatas para quienes no han podido usar la aplicación y que habilite atención presencial para resolver este problema con dignidad.
Porque el béisbol se vive con pasión… pero también con respeto.