IEPS aumenta recaudación, pero no mejora la salud y pone en riesgo a más de 24 mil tienditas en Yucatán

Mérida, Yucatán, 15 de septiembre de 2025.– El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a bebidas azucaradas y alimentos procesados desde 2014 ha generado un incremento sostenido en la recaudación, que creció más de 40% en términos reales. Sin embargo, los indicadores de salud pública muestran un panorama preocupante: la obesidad y la diabetes continúan en ascenso.

De acuerdo con cifras oficiales, la prevalencia de diabetes pasó de 9.2% en 2012 a 12.6% en 2023, mientras que la obesidad en adultos aumentó de 32% a 37.1% en el mismo periodo. Esto evidencia que el impuesto no ha sido suficiente para modificar los hábitos de consumo de la población.

Efectos en consumidores y familias de bajos ingresos

Los estudios revelan que, en lugar de disminuir la ingesta de productos gravados, los consumidores optan por marcas más baratas, hasta 75% más económicas que las líderes del mercado. Esta situación refleja el carácter regresivo del IEPS, ya que los hogares con menores ingresos destinan un mayor porcentaje de su gasto a refrescos y botanas.

Un incremento de un peso por litro podría tener graves consecuencias sociales: alrededor de 84 mil personas caerían en situación de pobreza y 32 mil en pobreza extrema, de acuerdo con proyecciones recientes.

Impacto en el empleo y los pequeños comercios

El sector productivo también se vería severamente afectado. Se estima que un aumento de esta magnitud provocaría una contracción de 5.6% en la producción nacional, con la pérdida de más de 170 mil empleos directos e indirectos.

En Yucatán, donde existen cerca de 24 mil tienditas que dependen de la venta de refrescos y botanas para sostener sus ingresos diarios, el panorama es especialmente crítico. Estos pequeños comercios, ya operando con márgenes reducidos, serían los primeros en resentir la caída de clientes.

Un impuesto sin política integral de salud

Expertos coinciden en que el problema de salud pública en México no se resolverá únicamente con impuestos. El país invierte apenas 2.9% del PIB en salud, frente al 6 a 8% que destinan en promedio los países de la OCDE.

Además, persisten rezagos en acceso a agua potable, educación nutricional y programas de prevención. Sin una estrategia integral, el IEPS se limita a aumentar la recaudación sin mejorar realmente los indicadores de salud, mientras impacta de forma negativa en la economía de familias y pequeños negocios.

Experiencias internacionales

Casos como el “soda tax” en Chicago, derogado a las ocho semanas por su impopularidad, o el “impuesto a la grasa” en Dinamarca, eliminado al año por sus efectos adversos en la economía, refuerzan la necesidad de evaluar cuidadosamente las políticas fiscales de este tipo.

Yucatán y el sureste en la mira

El debate cobra especial relevancia en el sureste de México, particularmente en Yucatán, Campeche y Quintana Roo, donde la economía de miles de familias depende de esta cadena de valor. La salud de la población es prioritaria, pero sin políticas públicas efectivas en prevención y atención, el aumento al IEPS podría traducirse en mayores problemas sociales y económicos.

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