Rusia acusa a Biden de intensificar el conflicto al autorizar misiles a Ucrania

El Kremlin ha reaccionado con firmeza ante la reciente autorización del presidente estadounidense, Joe Biden, para permitir que Ucrania utilice misiles de largo alcance fabricados en EE.UU. en territorio ruso, calificando la medida como un intento de “echar más leña al fuego” en el conflicto de Ucrania. Según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, la decisión, de confirmarse oficialmente, podría marcar un punto de inflexión en la implicación directa de Estados Unidos en la guerra.
“Es evidente que la administración saliente en Washington tiene la intención de tomar medidas que sigan escalando la tensión y provocando más confrontación en torno a este conflicto”, dijo Peskov, añadiendo que la autorización de los misiles sería una contribución a la creciente escalada bélica. Esta medida, que fue adelantada por fuentes anónimas dentro del gobierno estadounidense, podría alterar la dinámica del conflicto, llevando a una mayor participación de la OTAN y otros países occidentales en la guerra.
El portavoz del Kremlin también recordó los comentarios previos del presidente ruso, Vladimir Putin, quien advirtió en septiembre durante un discurso en San Petersburgo que cualquier apoyo occidental en forma de armamento de largo alcance implicaría una participación directa de los países de la OTAN en el conflicto, lo cual se interpretaría como una escalada significativa.
Las nuevas armas autorizadas por Biden son parte del Sistema de Misiles Tácticos del Ejército (Atacms), una poderosa herramienta militar que podría ampliar significativamente las capacidades ofensivas de Ucrania, particularmente en territorio ruso. El gobierno de Biden justificó la medida, en parte, como una respuesta al reciente despliegue de tropas norcoreanas en la región rusa de Kursk, una zona estratégica que ha sido escenario de intensos enfrentamientos.
Desde el Kremlin, se percibe la autorización de estos misiles como una provocación más, en un conflicto que ya ha generado graves tensiones entre Rusia y Occidente. Las autoridades rusas insisten en que la decisión de Biden está alineada con el objetivo de intensificar la guerra y aumentar las presiones sobre Moscú, un movimiento que podría complicar aún más las relaciones entre ambos países, ya enfrentados por la crisis ucraniana.