Europa enfrenta un invierno crítico por brote de gripe H3N2 variante K: hospitalizaciones alcanzan niveles récord

Europa vive una de las temporadas invernales más complejas de los últimos años, marcada por el rápido avance de un brote de influenza A (H3N2) variante K, que ha provocado un repunte excepcional de contagios y una creciente saturación en los sistemas de salud. Países como España, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido reportan un escenario de alta presión hospitalaria, comparable solo con los momentos más duros de epidemias previas.

Una variante más contagiosa y con escape inmunológico

De acuerdo con especialistas, la variante K del H3N2 presenta mutaciones que incrementan notablemente su capacidad de transmisión y reducen la efectividad de la inmunidad generada por contagios previos o por la vacunación. Esta combinación ha acelerado la velocidad de propagación del virus y ha ampliado su impacto en toda la región.

Las cifras reflejan la magnitud del brote:

En España, la incidencia es diez veces mayor que la registrada en el mismo periodo del año anterior. En Reino Unido, las autoridades sanitarias anticipan hasta 8 mil hospitalizaciones adicionales por gripe solo en la próxima semana, un nivel que no se observaba desde 2010.

La circulación simultánea del Virus Sincicial Respiratorio (VRS) y del SARS-CoV-2 ha aumentado la presión sobre las unidades de emergencia, dificultando la atención y elevando el riesgo de colapso hospitalario.

Síntomas y grupos de riesgo

La gripe por la variante K se caracteriza por fiebre alta de inicio súbito, tos seca, dolores musculares intensos y cansancio extremo. Aunque puede afectar a personas de todas las edades, su impacto es significativamente más severo en personas mayores de 60 años y en quienes presentan enfermedades crónicas o sistemas inmunológicos debilitados.

Autoridades reactivan medidas para contener la ola de contagios

Ante el aumento sostenido de hospitalizaciones, los gobiernos europeos han retomado medidas preventivas que no se implementaban de manera estricta desde hace varias temporadas. Entre ellas destacan:

Uso obligatorio de mascarilla en centros de salud y hospitales. Refuerzo de protocolos de higiene en escuelas y espacios de alta afluencia. Recomendación de trabajo remoto para reducir contactos en oficinas. Campañas aceleradas de vacunación, que si bien no previenen totalmente el contagio, mantienen una eficacia aproximada del 65% para evitar cuadros graves.

Llamado a la prevención

Las autoridades sanitarias subrayan que la responsabilidad individual sigue siendo clave para reducir la transmisión. Recordaron la importancia del lavado frecuente de manos, la ventilación adecuada de espacios cerrados y el uso de mascarilla ante cualquier síntoma respiratorio.

Con el invierno en su punto más crítico, Europa se enfrenta al desafío de contener una variante de alta transmisibilidad y mitigar su impacto en una infraestructura hospitalaria ya debilitada por temporadas previas de alta demanda. Las próximas semanas serán decisivas para determinar la evolución del brote y la capacidad del continente para responder ante una presión sanitaria sin precedentes en más de una década.

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