A unos días de los hechos que sacudieron a la Zona Rosa, en la CDMX, se confirma que Óscar Medina, alias “El Panu”, fue ejecutado a balazos dentro de un restaurante de comida china, en una agresión directa que reavivó la discusión sobre la violencia ligada al crimen organizado en la capital del país.
De acuerdo con versiones oficiales y reportes de seguridad, Medina era señalado como uno de los mandos del Cártel de Sinaloa, específicamente del ramo de “Los Chapitos”. Aunque se presentaba públicamente como restaurantero, agencias estadounidenses lo ubicaban como objetivo prioritario: la DEA ofrecía una recompensa de hasta 4 millones de dólares por información que condujera a su captura.
Ataque directo en una zona turística
El ataque ocurrió a plena luz del día en una de las áreas más concurridas y turísticas de la CDMX, lo que generó alarma entre comensales y transeúntes. Testigos relataron que los agresores dispararon de manera directa y huyeron del lugar, lo que apunta a una ejecución planeada.
Elementos de seguridad acordonaron la zona y peritos realizaron el levantamiento de indicios, mientras que la Fiscalía capitalina abrió una carpeta de investigación para esclarecer los hechos, identificar a los responsables y determinar posibles vínculos con disputas internas del crimen organizado.
Perfil y antecedentes
Fuentes de inteligencia señalan que “El Panu” era buscado por autoridades de ambos países, por su presunta participación en operaciones de alto impacto del grupo criminal. La recompensa ofrecida por la DEA evidenciaba el nivel de prioridad del objetivo y la cooperación binacional en su seguimiento.
Impacto y preguntas abiertas
El caso ha generado cuestionamientos sobre cómo operaban perfiles de alto valor en zonas céntricas de la capital y qué implicaciones tendrá este hecho en la dinámica de seguridad de la CDMX en los próximos días.