Concluye el Primer Diplomado en Estudios de Género y Derechos Humanos “Consuelo Zavala”, formando líderes para una sociedad más justa

Con la graduación de 20 profesionales comprometidos con la igualdad y la justicia social, concluyó el Primer Diplomado en Estudios de Género y Derechos Humanos “Consuelo Zavala Castillo”, iniciativa académica que buscó fortalecer capacidades en temas de igualdad, no discriminación y defensa de los derechos humanos.

El programa, resultado de la colaboración entre la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (CODHEY) y la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), celebró su ceremonia de clausura en el Auditorio de la Unidad “Elvia Carrillo Puerto”, donde familiares, amistades, autoridades universitarias y funcionariado estatal acudieron para reconocer el logro de las y los participantes.

Un compromiso institucional con la igualdad

En su intervención, el abogado general de la UADY, Jorge Carlos Herrera Lizcano, destacó que este diplomado reafirma el compromiso de la universidad por integrar la perspectiva de género en todos los niveles de formación. Señaló que promover la igualdad es una tarea colectiva que exige la suma de instituciones, ciudadanía y academia.

“Es motivo de orgullo contribuir a estos procesos formativos. Las puertas están abiertas para que más personas se sumen, hasta lograr un volumen que permita escalar estas temáticas y fortalecer el tejido social”, expresó.

El legado de Consuelo Zavala como faro educativo

La presidenta de la CODHEY, María Guadalupe Méndez Correa, explicó que el diplomado honra la figura de Consuelo Zavala Castillo, pionera de la educación moderna, científica y laica en Yucatán, y una de las primeras impulsoras del modelo de escuela mixta.

Recordó que Zavala defendía la educación como herramienta de emancipación, en tiempos en los que la voz de las mujeres era minimizada. “Su legado no es solo memoria: es la savia que alimenta el compromiso que hoy nos reúne”, subrayó.

Nuevas generaciones de agentes de cambio

Al dirigirse a las personas egresadas, Méndez Correa enfatizó que ahora llevan consigo no solo conocimientos, sino la responsabilidad ética de aplicarlos en cada ámbito de su vida: en sus hogares, en sus centros de trabajo y en la vida pública.

“Hoy celebramos más que un logro académico; celebramos la decisión de convertirse en líderes y agentes de transformación social. La docencia y el conocimiento trascienden el aula y se convierten en herramientas para sembrar esperanza, respeto y solidaridad entre las juventudes”, afirmó.

Un proceso formativo de largo aliento

El diplomado, que inició en marzo y concluyó en diciembre, tuvo una duración total de 120 horas, durante las cuales se abordaron temas fundamentales para comprender y atender las desigualdades de género y las violencias estructurales.

Las y los egresados recibieron el reconocimiento entre aplausos, con un mensaje que resonó al final de la ceremonia: el compromiso por una sociedad donde mujeres y niñas puedan transitar libres, seguras y con plenitud.

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