La Fiscalía General de la República investiga la desaparición de 132,500 pastillas de un medicamento controlado que, al combinarse con opioides, se utiliza para fabricar la peligrosa “droga de la felicidad”, similar al fentanilo, y que está causando estragos entre los consumidores en Estados Unidos.
Según reportó el medio Latinus, la investigación abierta desde 2024 está centrada en un laboratorio en Guadalajara, específicamente en Productos Farmacéuticos Collins, tras el hallazgo de irregularidades en el destino de 2,650 frascos del medicamento carisoprodol, un relajante muscular que bloquea las sensaciones de dolor. Este producto, cuya venta debe ser estrictamente regulada, no fue reportado adecuadamente a las autoridades.
El carisoprodol, utilizado en la fabricación de la “droga de la felicidad”, ha sido asociado con graves problemas de adicción y sobredosis. A pesar de que la droga ha sido prohibida en Europa y está siendo severamente controlada en países como Canadá, en México, el carisoprodol sigue siendo vendido bajo el nombre de Somacid por Laboratorios Collins.
La desaparición de las pastillas, con un valor estimado en el mercado negro de 13 millones de pesos, fue inicialmente reportada por el laboratorio como una donación a varias organizaciones. Sin embargo, la Fiscalía descubrió que las entidades beneficiarias nunca recibieron los medicamentos y que la documentación presentada por Collins podría ser falsa.
Este no es el primer escándalo en el que se ve involucrado el laboratorio. En 2008, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de EE.UU. sancionó a Collins por presunto tráfico de precursores químicos para el Cártel de los Hermanos Amezcua. Además, en 2020, fue incluido en una lista de empresas investigadas por el gobierno mexicano en relación con el Cártel Jalisco Nueva Generación y el lavado de dinero.
La investigación de la Fiscalía busca esclarecer si las pastillas perdidas se utilizaron para alimentar el mercado negro de esta droga, y si la empresa tiene un vínculo con la producción de la “droga de la felicidad”, un compuesto sintético altamente adictivo.