Mérida, Yucatán, agosto de 2025.– Con el objetivo de analizar los retos y oportunidades que ofrece la inteligencia artificial en el ámbito judicial, Yucatán fue sede de la primera edición del
Congreso Nacional de la Asociación Mexicana de Magistradas y Magistrados de Tribunales de Justicia Administrativa (Amtrija), un evento que reunió a representantes de los 32 tribunales del país.
El encuentro, realizado por primera vez en la entidad, tuvo como tema central
“La Inteligencia Artificial aplicada a la Justicia Administrativa” y contó con la participación de la ministra de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín Esquivel Mossa, así como de la magistrada Fany Lorena Jiménez Aguirre, presidenta de la Amtrija.
Durante la clausura, el
Gobernador Joaquín Díaz Mena destacó la importancia de la innovación tecnológica en la impartición de justicia:
“La inteligencia artificial no es solo una herramienta técnica, es una oportunidad para hacer que la justicia sea más rápida, más empática y más cercana a las necesidades de la ciudadanía. La justicia administrativa juega un papel central en la defensa de los derechos de las y los ciudadanos frente a los actos de gobierno”, afirmó.
El mandatario estatal subrayó que incorporar nuevas tecnologías en los procesos judiciales contribuye a fortalecer el
Estado de Derecho y a generar confianza en las instituciones.
Por su parte, la ministra
Yasmín Esquivel Mossa señaló que, si bien la inteligencia artificial representa una herramienta útil en la labor judicial, nunca sustituirá el raciocinio humano ni la responsabilidad que implica emitir resoluciones.
La presidenta de la Amtrija,
Fany Lorena Jiménez Aguirre, reconoció el papel de Yucatán como anfitrión de este evento histórico para la justicia administrativa en México.
En la clausura también participaron el magistrado
Guillermo Valls Esponda, presidente del
Tribunal Federal de Justicia Administrativa, y el magistrado
Rafael Rodríguez Méndez, presidente del
Tribunal de Justicia Administrativa de Yucatán.
Este congreso marca un antes y un después en la forma de concebir la justicia administrativa en México, abriendo la puerta a la integración responsable de tecnologías emergentes que agilicen y fortalezcan los procesos judiciales sin perder su esencia humana.
