DETRÁS DE LA NOTICIA
Alfredo Martínez de Aguilar
* Relaciones siniestras, perversas y pervertidas, nada ajenas a Oaxaca, como lo prueba el caso de Porfirio Montero Fuentes, dirigente de la Iglesia La Luz del Mundo, pero sobre todo el caso de Marcos Betanzos Palomec, brujo del gobernador Gabino Cué Monteagudo.
* Traído de Ciudad Ixtepec por una distinguida familia vallistócrata venida a menos, según reportes de inteligencia, por su influencia esotérica sobre el gobernador Cué Monteagudo Marcos Betanzos Palomec, se convirtió en el verdadero poder detrás del trono.
A reserva de abundar al respecto, los escándalos del Apóstol de Jesucristo Naasón Joaquín García líder de la Iglesia La Luz del Mundo y Keith Raniere, líder de la secta Nxivm, revela las complicidades en diversos niveles políticos federales y locales, incluyendo gobernadores y presidentes de la República de todos los partidos.
A Naasón Joaquín García se vincula con fuertes nexos políticos y económicos al presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Martí Batres Guadarrama, y a los gobernadores de Jalisco Enrique Alfaro Ramírez y de Guerrero Héctor Antonio Astudillo Flores.
Hageo y Francisco Javier Montero López involucrados en el asesinato de Pamela Terán y la fotoperiodista Maria del Sol Cruz Jarquín son fieles de la Iglesia La Luz del Mundo, que dirige su padre, hoy próspero presidente de la Unión de Propietarios de Energías Renovables del Istmo (UPERI).
Relaciones siniestras, perversas y pervertidas, nada ajenas a Oaxaca, como lo prueba el caso de Porfirio Montero Fuentes, dirigente de la Iglesia La Luz del Mundo, pero sobre todo el caso de Marcos Betanzos Palomec, brujo del gobernador Gabino Cué Monteagudo, fiel también a la santería junto con algunos de sus amigos como Pepe Zorrilla.
Traído de Ciudad Ixtepec por una distinguida familia vallistócrata venida a menos, según reportes de inteligencia, por su influencia esotérica sobre el gobernador Cué Monteagudo Marcos Betanzos Palomec, se convirtió en el verdadero poder detrás del trono.
Era él y nadie más quien influía sobre las decisiones más importantes a tomar por el ex gobernador oaxaqueño, pero también sobre las más frívolas e insulsas como qué color debía tener la ropa que usara cada día, además de los amuletos que debía portar.
Todopoderoso manipulador del ex gobernante por encima del poder de sus dos principales operadores político y financiero Ángel Benjamín Robles Montoya y Jorge Enrique Castillo Díaz, respectivamente, a quienes se consideraba verdaderos vicegobernadores sexenales.

Nada nuevo bajo el sol como lo prueba el libro Los brujos del poder, Ocultismo en la política mexicana de José Gil Olmos, y “trata –dice su autor– un tema sensible: la relación que han sostenido algunos políticos mexicanos con brujos, hechiceros, chamanes y personajes que pertenecen al mundo mágico y mitológico”.
El libro pasa revista a personajes de la prehistoria del Partido Nacional Revolucionario-Partido de la Revolución Mexicana y otros del Revolucionario Institucional (PRI) como el espiritista Francisco I. Madero, a Felipe Ángeles, a Plutarco Elías Calles –el de las lecturas en los residuos del café–, a Carlos Salinas y sus chamanes, a Manuel Cavazos Lerma –llevando pirámides dentro del sombrero–; y, en especial, a la Maestra Elba Esther Gordillo, con su baño de sangre de león en África.

