Se extinguen los gremios católicos en Mérida

Escapando a los autos para no ser atropellados, o prefiriendo no salir a la calle para evitar este riesgo y prefiriendo permanecer en las inmediaciones de la S.I. Catedral, una docena de fieles, los restantes de toda una generación de devotos al Cristo de las Ampollas, realizan su procesión. Con cierta tristeza, Gabriel Yamá Aguilar, Presidente del Gremio de Alarifes reconoce que a los jóvenes ya no les interesa ni muestran respeto por esta fe, que por durante 110 años ha reunido a los albañiles de esta agrupación, ininterrumpidamente. – Esta es una muestra del desinterés que existe en las nuevas generaciones por preservar esta tradición católica, aunque no quisiéramos, cada día está en mayor riesgo de desaparecer, -dijo el también alarife. La entrada al Cristo de las Ampollas se realizó el viernes pasado, y don Gabriel recuerda que acudía con mucha devoción. Su papá la dirigía ya que desciende de familia Cristera. Sus abuelos fueron defensores de sus creencias cristianas. -Nos mueve la fe, y en lo personal, vengo a darle Gracias a Dios por todas las cosas nuevas que a lo largo del año nos da, -dijo don Gabriel. Hace muchos años el gremio de alarifes era de los más concurridos, -dice don Gabriel- abarrotábamos toda la calle, y aunque quedemos unos cuantos, mantendremos esta devoción, dijo. Lamentó que las nuevas generaciones de trabajadores albañiles hayan olvidado las tradiciones. “Es una vergüenza que no vengamos a misa, o solo vengan a hacer acto de presencia y con la misma se vayan”, dijo. El padre José Antonio Flores Cervera, quien dio la bendición al gremio, reconoció que están en riesgo de desaparecer y que urge hacer algo para motivar el entusiasmo a las nuevas generaciones. El religioso, dijo que la presencia del Santo Cristo de las ampollas nos recuerda la presencia de Dios entre nosotros, ya que la imagen original, que destruyeron las huestes de Salvador Alvarado en 1915, fue traída de Ichmul, lugar en el que sobrevivió a un incendio. “A esa imagen no le pasó nada, solo quedó negra por el humo y le salieron ampollas, y se dice que fue la que tiró Salvador Alvarado en un pozo de lo que hoy ocupa el edificio de la policía”, detalló.
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