ISTMO ARRIBA|MARIUMA MUNIRA VADILLO BRAVO .
“La resiliencia se entiende como la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas”. Edith Grotberg
Hoy, es un buen momento para dejar de pensar en ¿Cuánto nos falta recorrer? Y más bien pensar hasta dónde hemos llegado, estoy segura que esa premisa nos fortalecerá en medio de las circunstancias que vivimos aquí y ahora.
En su sentido actual, la resiliencia es la capacidad que tiene una persona para enfrentarse con éxito a condiciones de vida sumamente adversas, pobreza, guerras, orfandad, crisis, pandemias, etcétera.
La resiliencia como realidad humana se remonta a los orígenes de la humanidad. Desde los albores de la civilización, la resistencia a la adversidad ha sido un factor que ha impulsado a las personas y a los pueblos a seguir adelante, a pesar de los obstáculos y dificultades, posibilitando el crecimiento, desarrollo y progreso, en el devenir histórico.
Hoy entiendo, por ejemplo, que desde mi última entrega la semana pasada, han sucedido cosas importantes como nuestra entrada a la Fase 3 de la pandemia del COVID-19, lo que recrudece las medidas de seguridad y nos habla que el contagio está en un proceso mucho más acelerado, por lo que el llamado es a permanecer el mayor tiempo posible en auto aislamiento, lo que representa, sin duda, grandes retos, retos de resiliencia.
Por lo anterior, te comparto: La tolerancia a la frustración, es una de las características de las personas con resiliencia.
La diferencia entre una persona que tiene un alto nivel de tolerancia a la frustración y la que lo tiene bajo puede depender de cómo responde a esta pregunta: ¿Lo voy a poder soportar?
La persona con un nivel bajo piensa: “Esto no hay quien lo aguante. No lo puedo soportar”. Y se hunde. La persona con un nivel alto piensa: “Esto no me gusta ni lo he buscado. Pero creo que si me lo propongo voy a poder superarlo”. Y sigue adelante, no se para, no se hunde, aprende, reconoce, se flexibiliza y progresa.
Diversas investigaciones han aportado evidencias que las personas con resiliencia, incluso en las situaciones más adversas, tienden a poseer ciertas habilidades emocionales básicas: sociabilidad, auto-confianza, optimismo, resistencia al fracaso y a la frustración, así como la habilidad de superar rápidamente los contratiempos y una “naturaleza fácil”.
Estamos atravesando algo que nuestra generación no había vivido, que ninguna persona viva en el mundo había experimentado y sabes que, reconozco en el mexicano, a una persona fuerte, resiliente, reconozco temperamentos de lucha, esfuerzo y tenacidad y más allá, reconozco en las Oaxaqueñas y Oaxaqueños, en mis hermanas y hermanos Istmeños, a una generación fuerte, resistente, entregada, comprometida, reconozco a una comunidad lista para levantarse ante la tempestad.
Hoy tenemos la oportunidad histórica de transformar nuestro presente y futuro, a través de transformar nuestra actitud en una oportunidad de aprendizaje, crecimiento y desarrollo. Ésa debe ser nuestra apuesta desde la célula fundamental de la sociedad, que es la familia, desde ahí tenemos que ser fuertes y dar ejemplo a nuestro país y al mundo, que somos una sociedad resiliente, luchadora, ganadora y lista para enfrentar en unidad, todo lo que se nos presente.
La columnista es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales, ex Secretaria de la Mujer Oaxaqueña, contáctala en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira