Por: Marcos Santos
Hace unos días presentó su renuncia Jiménez Espríu como Secretario de Comunicaciones y Transportes, ayer después de una plática con el presidente, está se hizo oficial, pero ya se daba por descontada, pues se dice que desde hace un tiempo ya habían varias diferencias entre ambos políticos.
Con esa renuncia voluntaria, según lo afirma una nota del periódico Milenio Novedades, sería la séptima, al menos de las que se tienen conocimiento y la tercera de un Secretario de Estado. Además de que en total en el lapso que lleva gobernando la 4t van doce funcionarios que quedan fuera de dicho gobierno.
El motivo de la baja de Jiménez Espríu fue por un diferendo de opiniones y visiones entre dos hombres con criterio, según Obrador.
En su carta de renuncia el ahora ex secretario externa su preocupación por el control que de aduanas y puertos ahora también tendrá el Ejército y la Marina, a lo cual terminantemente se opuso Jiménez Espríu.
De todo esto, quedan de manifiesto, por lo pronto tres cosas, en primer lugar la militarización del país que cada día se extiende a más sectores de la administración pública federal, ahora el Ejército controlará la Seguridad Nacional, Defensa, Marina, Seguridad Pública (Guardia Nacional), Carreteras, Puentes, Aduanas, Aeropuertos, Trenes, Migración, por citar algunas áreas.
En segundo lugar la profunda incompatibilidad de visiones y pensamientos entre quienes dirigen las carteras de la 4t y la terquedad del presidente (él así siempre lo ha dicho) pues también hay muchos rumores de que varios Secretarios ya le han presentado sus renuncias por diferencias e intromisiones en la administración y manejo de sus dependencias, aunque estás no han sido aceptadas.
En tercer lugar, queda de manifiesto que el regreso del Ejército a los cuarteles está mas lejos que nunca y parece que se quedará como una promesa de campaña que en la práctica no será cumplida.
En fin, parece que los dados de poder se siguen cargando en favor del Ejército, espero que este Instituto armado no colapse con todas las encomiendas que le delega la 4t y que este gran poder no sirva para fines perversos como ha ocurrido en otros países que empezaron de esta forma y hoy viven en el totalitarismo militar.
Se supone que la época de los generales culminó hace muchos años atrás y que México transitaba al establecimiento y fortalecimiento de instituciones de carácter civil para la realización de las funciones públicas que la sociedad requiere, mientras que el Ejército y la Marina deben dedicarse a las tareas para las que fueron creados.
En fin, una raya más al tigre.