Lo que no entienden los taxistas, contra los extraterrestres de Uber
Círculo Rojo

Comencemos definiendo muy bien el dividendo de ingresos que el servicio de Uber como plataforma gira a nivel mundial, como lo que es, una empresa internacional. Estos dividendos o ganancias se dividen en tres o dos, según si el dueño del auto es el mismo que maneja su propio vehículo; la plataforma internacional, el propietario del auto, y el chofer.

Una vez estipulado esto es importante aclarar algo al consumidor. Este excelente servicio internacional destina nos guste o no, un porcentaje para hacer enriquecer a un monopolio en formación, y de dimensiones aún más grandes. De talla internacional.

No se trata de tener conflicto en contra de Uber, sino que simplemente hay generación de ingresos de por medio que simple y sencillamente no beneficia a los mexicanos, y contribuimos a hacer rico a alguien más.

Pero, ¿Qué es en realidad lo que los taxistas del servicio convencional no acaban por comprender?, sencillo; un servicio completo, un buen trato por parte de los choferes, tarifas más bajas, aire acondicionado, y otras cosas más.

¿Acaso son extraterrestres los choferes de Uber?, ¿llegaron de otro planeta o de otro país para recordar como decir, buenas tardes, buenas noches o buenos días?, ¿preguntar al cliente si se ofrece agua, si le gusta la música o qué tipo de música quiere escuchar, si el servicio es de su agrado?

El fracaso del servicio convencional del taxi que conocemos hasta ahora se debe a lo que todos conocemos por el simple hecho de ser usuarios. Taxímetros arreglados, tarifas según el horario de servicio, mañana, tarde o noche, y cualquier cosa que se le venga a la cabeza.

No señores, no estoy en contra de los taxistas sólo por ser taxistas. Me consta que existe infinidad de ruleteros que todavía conservan la calidez y deseo de servicio que no se basa en ver a quien puedes “sangrar”.

Hasta ahora no se ha escuchado por ningún lado que los que se quejan, principalmente los del FUTV, hayan reclamado mejorar su servicio, o pedido a la Dirección de Transportes de Yucatán sanciones o reglamentaciones del servicio que se le brinda al cliente.

Y de lo poco que existe al respecto, como el simple hecho de imprimir un comprobante de servicio, nadie lo da. Con el pretexto de que la impresora no sirve, no tiene tinta, etc., etc., etc.

Desde luego también los amigos del volante convencional también son “empujados” en cierta medida a cometer esos abusos. ¿Cómo?, una placa para servicio de taxi puede costar en nuestra entidad hasta el millón de pesos, mientras que en Quintana Roo por la presencia del narcotráfico prácticamente las regalan.

El ruletero debe pagar, sino es dueño de su taxi, una renta al patrón, sacar para su gasolina y sacar su ganancia, si es que no tienen que aportar para el mantenimiento del auto.

Luego entonces, están obligados a generar y buscar la forma de incrementar sus ingresos, aún esto tenga que ser a costa de joder, (sí, disculpe la palabrota), al cliente.

Amigos taxistas. Busquen primero que nada mejorar su servicio, invertir en sus unidades, pagar sueldos dignos, capacitar a sus choferes. No solo ganar y ganar.

Esta es una pelea que llevan todas las de perder, por el simple y sencillo hecho de que mientras Uber fue diseñado para satisfacer la necesidad del cliente, ustedes piensan (no todos, reitero), en hacer dinero, a costa del bolsillo de nuestro paisano, o de quien se deje.

Colofón
El diseño de la satisfacción del cliente
Diálogo Uber-Cliente
Cliente: ¿Usted está a gusto con su trabajo?
Chofer: Sí. La plataforma Uber no dejó cabos sueltos, pensó en todo. Por ejemplo si me detengo porque quiero comer y hago caso omiso de las alertas de la plataforma para dar un servicio, me dejan fuera del sistema por cinco minutos. Como diciendo; “termina tus pendientes, y avísanos cuando te reincorpores”.
Cliente: ¿Y la paga?
Chofer: Soy dueño de mi tiempo, trabajo el tiempo que necesito o con el que me siento satisfecho por el ingreso que he generado. Yo decido si quiero trabajar dos horas al día, tres horas. Las que yo quiera. Desde luego, mientras más trabaje, más gano.
Y en síntesis, el cliente es el que tiene la última palabra. Mientras nos soliciten, aquí estaremos…

Por: Iván Duarte
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