La Democracia contra el pueblo

Por: Abel Alcalá
Digan lo que digan los demagogos metidos a la noble actividad de la política sobre las bondades de la democracia, lo real es que la democracia en México actúa en contra del pueblo.
Cuando Abraham Lincoln definió la democracia de la siguiente forma: “La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo”, seguro es pensar que lo hizo con tan buena fe como los utopistas cuando propusieron hacer una comunidad feliz partiendo que el hombre viviera exento de la tentación de los pecados capitales: avaricia, egoísmo, envidia, gula, ira, pereza, soberbia.
Sin embargo otros pensadores de la misma talla o mejores como son José Ortega y Gasset, Henri-Frédéric Amiel, María Zambrano entre otros, han tenido muy claro que para que la democracia se realice en la práctica como se expresa en la teoría se necesita muchas condiciones; veamos como cada uno de esos pensadores la proponen.
“Cuidado de la democracia. Como norma política parece cosa buena. Pero de la democracia del pensamiento y del gesto, la democracia del corazón y la costumbre es el más peligroso morbo que puede padecer una sociedad”. José Ortega y Gasset.
“No niego los derechos de la democracia; pero no me hago ilusiones respecto al uso que se hará de esos derechos mientras escasee la sabiduría y abunde el orgullo”. Henri-Frédéric Amiel. “Si se hubiera de definir la democracia podría hacerse diciendo que es la sociedad en la cual no sólo es permitido, sino exigido, el ser persona”. María Zambrano.
“La democracia es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano”. Vladimir Lenin. “El poder real es económico, entonces no tiene sentido hablar de democracia”. José Saramago. Basten los anteriores juicios sobre la democracia para reconocer que su implementación es muy requisitosa y exigen que los individuos que viven bajo su poder tengan la calidad de personas humanas y de ciudadanos, de lo contrario no se dá la democracia.
Ahora valoremos la democracia mexicana y cómo funciona; No hay democracia cuando del padrón electoral del INE no participan y no votan más del 50% de los ciudadanos, luego el pueblo no gobierna. No hay democracia cuando hay una casta de demagogos enriquecidos con el dinero del pueblo y gran cantidad de ciudadanos viviendo en la pobreza que para sobrevivir tiene que vender su voto y su conciencia.
No hay democracia cuando el ganador de un proceso electoral solo obtiene como máximo el 25% de los sufragios emitidos. El que gobierna sería el abstencionismo. No hay democracia cuando los gobernantes sobreponen sus intereses de poder y de avaricias sobre los intereses del pueblo y del bien común.
No hay democracia cuando se imponen al pueblo candidatos incapaces de discernir entre el bien y el mal; los falso de los verdadero y de lo correcto e incorrecto. Lo que si hay es una dictadura en México peor que la de Porfirio Díaz, de Augusto Pinochet y Juan Domingo Perón, la cual pronto cumplirá 100 años.
La democracia tiene dueño y éste no es el pueblo. Los dueños son los grandes especuladores mundiales del dinero y los principales usureros que convirtieron a la democracia en su instrumento para someter a los pueblos a su control, dominio y explotación como es el caso de México. Todo lo anterior con la complicidad de los demagogos gobernantes, los representantes populares y del propio INE. Usted dice la última palabra.