Mérida, Yucatán, 3 de septiembre de 2025.– La Central de Abastos de Mérida, uno de los principales nodos de distribución agroalimentaria del sureste, recibió la visita del Secretario de Economía y Trabajo, Ermilo Barrera Novelo, quien presentó la visión del gobierno estatal para fortalecer el sector. Sin embargo, entre los locatarios persiste la incertidumbre sobre si esta vez los compromisos se traducirán en acciones reales y no en promesas recurrentes.
Durante el recorrido, Barrera Novelo aseguró que la administración de Joaquín “Huacho” Díaz Mena busca consolidar la Central como pieza clave de la industrialización y modernización de Yucatán. Entre los proyectos planteados mencionó financiamiento, programas sociales de acceso a productos a bajo costo y la vinculación con hoteles, restaurantes y supermercados.
El funcionario también habló de atender necesidades inmediatas como la mejora en el suministro eléctrico, esquemas de crédito y nuevos espacios de negocio. Sin embargo, no precisó plazos ni montos de inversión, lo que deja en duda la viabilidad de la estrategia.
Por su parte, Moisés González Ojeda, presidente de la Unión de Comerciantes de la Central de Abastos, calificó la visita como “histórica”, al ser la primera vez que un Secretario de Economía acude al lugar. Aun así, recordó que los retos van más allá de los discursos: terrenos en litigio, infraestructura deteriorada, altos costos de energía y la falta de apoyo para modernizar procesos productivos.
Los comerciantes propusieron proyectos de energías renovables, programas de descuentos para empleados del gobierno y la posibilidad de convertir a la Central en proveedora directa de instituciones públicas. No obstante, estos planes dependerán de la capacidad de la administración estatal para cumplir con lo anunciado.
La Central de Abastos de Mérida no solo abastece a Yucatán, sino también a municipios de Campeche y Quintana Roo, por lo que su modernización tendría un impacto regional. Sin embargo, voces del sector señalan que el rezago viene de décadas y que se requieren inversiones reales y políticas sostenidas, no únicamente visitas oficiales y promesas de coordinación.
En un contexto donde los costos de los alimentos siguen al alza y los pequeños productores enfrentan dificultades para competir, el papel de la Central será decisivo. El reto para el Gobierno del Estado será pasar del discurso al hecho, garantizando que esta modernización no quede en el papel, sino que se refleje en precios más justos, mayor competitividad y mejores condiciones para quienes dependen del abasto diario.



