Por: Fernando Simones
Yucatán enfrenta una invasión silenciosa, no de enemigos armados, sino de dirigentes políticos foráneos que ven en el estado un botín electoral. El Verde Ecologista y el Partido del Trabajo, lejos de representar los intereses de los yucatecos, han sido tomados por vividores oportunistas que ni siquiera son de la región; Francisco (Paco) Rosas Villavicencio en el PT y Harry Rodríguez Botello Fierro en “el Verde“, pero que se han adueñado de sus estructuras para sacar provecho personal.
Estos “dirigentes” no conocen la identidad, la cultura ni las necesidades del pueblo yucateco. No tienen raíces aquí, no les interesa el desarrollo del estado ni su gente; solo buscan cuotas de poder, cargos y beneficios económicos, actuando como conquistadores modernos que llegan con la única intención de exprimir lo que puedan antes de marcharse.
Los yucatecos no pueden permitir que su destino político esté en manos de personajes ajenos a su realidad. Es momento de exigir que los partidos que operan en el estado sean dirigidos por yucatecos, por personas que realmente comprendan la historia, la cultura y las necesidades de la región. No se trata de rechazar a quienes vienen de fuera, sino de impedir que oportunistas sin arraigo sigan usando a Yucatán como trampolín político.
Los ciudadanos tienen la última palabra. Si permiten que estos dirigentes foráneos sigan controlando el Verde y el PT, estarán entregando su futuro a intereses ajenos. Yucatán debe ser gobernado y representado por yucatecos, no por aventureros que solo vienen a saquear y aprovecharse del sistema.
