¿En qué nos beneficia caminar?

La flexibilidad que da el caminar permite ser practicado casi en todas las circunstancias y lugares, es gratis, seguro y efectivo. No se necesitan habilidades o entrenamientos especiales. A pesar de esto menos pocas personas se deciden a hacerlo. Caminar favorece al paciente hipertenso al ayudar a disminuir su presión arterial sanguínea; fortalece al corazón; disminuye los riesgos de la arteriosclerosis (endurecimiento de arterias) al disminuir los niveles  de las lipoproteínas de baja densidad (colesterol malo); además aumenta los niveles de las lipoproteínas de alta densidad (colesterol bueno);  ayuda a reducir de peso y pudiera ayudar a prevenir la osteoporosis. En la actualidad, el caminar se ha tornado en la actividad preferida para los pacientes en recuperación después de un ataque al corazón. 8 de cada 10 personas mejorarían su estado de salud si caminaran. Hay varios tipos de caminata: De baja intensidad, a un ritmo o paso lento. Esta es la forma de caminata que se recomienda para empezar, en especial a las personas que están en sobrepeso, a los ancianos y rehabilitación cardíaca. De intensidad moderada, la mayoría de las personas que practican la caminata caen dentro de esta categoría. Alta intensidad., es el equivalente a un trote lento. Muy alta intensidad, se considera como un deporte competitivo no como parte de un ejercicio  diario. Lo ideal es tres o más veces por semana. Aumenta gradualmente la frecuencia y la distancia y no te extralimites. Caminar debe tornarse no en una obligación sino en un placer. Tomado de La Guía de Bienestar Selecciones Baja de peso sin fallar Si tienes dudas o requieres mayor información, acércate a los especialistas del portal Medicina Familiar en Mérida.
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