El “tuit” que puso de rodillas a la 4T

El Juglar de la Red Por Rafael Cano Franco En el libro “El Arte de la Guerra”, Sun Tsu marca claramente que un líder de ejércitos exitoso es aquel “quien gana la batalla sin necesidad de pelearla”; eso significa que al llegar al campo donde se librara el desafío su rival ya va derrotado de antemano, sea por temor o por desconocer el campo donde habrá de pelearse. Algo así acaba de suceder con el gobierno mexicano en su fallido intento por defender la soberanía y la dignidad de nuestro país ante las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien con un mensaje de Twitter amenazo con aplicar un 5 por ciento de aranceles a los productos mexicanos que van al mercado norteamericano. El equipo negociador mexicano llegó a la Capital de Estados Unidos con toda la información referente a las implicaciones comerciales que tendría aplicar aranceles a los productos mexicanos, pero eso era solamente el amago y muchos dudan hubiera cristalizado, sobre todo por la oposición que existía en las dos Cámaras y entre los gobernadores; en lugar de tratar el tema de aranceles fue el problema de los migrantes centroamericanos, que utilizan a México como corredor para llegar al vecino país del norte, el que se trató en la mesa de negociaciones. Las negociaciones entre México y Estados Unidos, jamás incluyeron el tema de los aranceles; ese asunto desapareció casi de inmediato, lo que sí se planteó es el compromiso del gobierno mexicano para convertirnos en “Tercer País Seguro”, lo cual va en relación directa con el tema migratorio y que nos obliga a brindar asistencia humanitaria y asilo político a todos aquellos que deseen llegar a Estados Unidos por nuestro territorio. Eso significa un desembolso millonario para el gobierno de México, en términos presupuestales Curioso, pero antes de iniciar las negociaciones, la postura del gobierno de México, expresadas por el presidente López Obrador y por el Secretario de Relaciones Exteriores, iban en el sentido de que México no estaba en condiciones de convertirse en “Tercer País Seguro” y era una propuesta que no se aceptaría. Pero resulta que sí se aceptó y a pesar de esa derrota, todavía el gobierno de México se atrevió a festinar que había conservado la dignidad y negociado de igual a igual con sus homólogos de Estados Unidos. Ser “Tercer País Seguir” se resume así: cuando una persona abandona su país para solicitar asilo en otro, este segundo país puede negarse a recibirlo (que sería Estados Unidos) y lo remite a un tercer que considera puede darle las mismas atenciones (papel que ahora jugará México), ahora hay condiciones mínimas que deben cubrirse y que están garantizadas por la Convención de Ginebra de 1951: La principal es garantizar a los solicitantes de asilo no ser retornados a su país de origen y con ello se garantiza el principio de “no devolución”, eso obliga a darle al migrante condiciones de vida digna en ese “Tercer País Seguro” mientras se resuelve su solicitud de asilo en la nación a la que desea llegar. En este punto se les debe garantizar derecho a vivienda, seguridad social, servicios médicos, empleo y educación, además del derecho a la reunificación familiar; esas condiciones no se las garantiza el Gobierno Federal a los mexicanos y ahora tendrá que ser candil de la calle y oscuridad de la casa, otorgando esos derechos a migrantes extranjeros, cuyo número supera ya los 50 mil en nuestro país. Cuando Turquía firmó un acuerdo para ser “Tercer País Seguro”, la Unión Europea le entregó 6 mil millones de dólares para financiar ese programa; México no recibió nada y ahora tendrá que financiar ese gasto con sus propios recursos y no solamente eso, deberá apoyar a los estados fronterizos del norte, que es donde más migrantes se concentran pero ni siquiera saben cómo deberán hacerlo. Las voces adeptas al régimen festinan el nuevo acuerdo como un triunfo de la diplomacia mexicana; la realidad es una gran derrota y por ello no había nada que celebrar en la concentración política en Tijuana, a donde acudieron gobernadores y funcionarios no para celebrar, más bien para congraciarse con el Ejecutivo Federal. Durante su campaña política, el ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump aseguró que se construiría un muro en la frontera y que México iba a pagar su edificación; ahora vemos que no solamente tiene su muro, además nos convirtió en los vigilantes del mismo y sin costo para ellos. Ganó su batalla sin necesidad de pelearla y aquí en México todavía hay quienes creen que bajarse los pantalones es una actitud digna y ganadora. Pero hay más acuerdos que todavía no se conocen y no son precisamente de gran beneficio para México. Rafael Cano Franco es reportero y conductor de noticias, también preside el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C.
Compártelo:
Podría Intersarte