El nepotismo descarado en el PT de Yucatán: un insulto a la democracia

El observador
Por: Juan Eduardo Labrador
El Partido del Trabajo (PT) en Yucatán ha demostrado una vez más que para algunos dirigentes políticos, el bienestar común y la transparencia son conceptos secundarios ante sus propios intereses familiares. En un acto de absoluto descaro e inmoralidad, el líder de este instituto político Francisco (Paco) Rosas Villavicencio ha colocado a su propio hermano Pedro Rodrigo Rosas Villavicencio dentro de la nómina del partido, además otorgándole el segundo cargo más importante de la estructura estatal.
Este acto de nepotismo no solo representa una afrenta a la militancia del PT, sino también a la ciudadanía en general, que cada día exige mayor honestidad y profesionalismo de sus representantes. La decisión de premiar a un familiar con un puesto de poder, sin un proceso transparente o justificación meritocrática, es un claro reflejo de cómo ciertos dirigentes ven a los partidos políticos: no como instituciones democráticas al servicio del pueblo, sino como feudos personales para beneficio propio y de sus allegados.
Resulta preocupante que el PT, un partido que en su discurso se jacta de representar los intereses populares y de combatir las prácticas de corrupción y privilegios, incurra en estas mismas maniobras que tanto critica en sus adversarios políticos. El nepotismo es una forma de corrupción disfrazada de conveniencia, que erosiona la confianza en las instituciones y perpetúa un sistema de compadrazgos que impide la verdadera participación ciudadana.
La falta de reacciones internas ante esta situación también es alarmante. Ningún miembro del PT ha levantado la voz para denunciar este evidente abuso de poder. Esta omisión solo refuerza la idea de que en algunos partidos políticos, el clientelismo y la sumisión pesan más que la ética y el compromiso con la democracia.
Los ciudadanos merecen dirigentes que prioricen el interés colectivo sobre los favores familiares. La democracia exige que las posiciones de liderazgo sean ocupadas por personas capaces y comprometidas, no por parientes privilegiados. Es momento de que la militancia del PT y la sociedad yucateca exijan explicaciones y acciones concretas para corregir este atropello a la decencia política. De lo contrario, se estará enviando el mensaje de que en la política, el parentesco es más importante que la capacidad y la honestidad.