
El chancletazo materno de la Liga MX….o cómo llorar adecuadamente cuando tu equipo desciende
El mundo tras un balón

¿Alguna vez tu equipo ha descendido? Sé que es una pregunta a la que pocos tendrán una respuesta afirmativa, toda vez que, dicho con respeto, al no tener un equipo propio en Primera los yucatecos se decantan en general por los grandes, los ganadores.
Así, tenemos muchos yuca-aficionados de América, de Chivas, Cruz Azul y Pumas. En menor medida, se ve por ahí a algún toluqueño gracias a la gran época de Cardozo.
Pocos regios y tigres, contagiados por la gente que viene del Norte a asentarse en Mérida y que exaserva el snobismo y los vuelve “norteños”. No conozco a ningún pachuqueño, ningún jaguar (ni siquiera porque tenemos a un yuca ahí), leonés, ni moreliano. Si acaso, habrá algún xolo y dorado por los hermanos Martín.
Por ello, es muy difícil que hayas tenido alguna vez este sentimiento. El saber que tu equipo ya no se coderará con los grandes, que en lugar de jugar contra Ronaldinho se medirán contra Aldair Basto es desolador.
Pensar que ya no los podrás ver por tele en una transmisión decente, pues la liga de ascenso está confinada a cadenas trespesianas con pésimas narraciones. Pero lo más trágico es ver tus sueños de ser campeón de primera división rotos.
Te cuento, amigo lector de la columna más amistosa del mundo, que soy aficionado al extinto Toros de Neza. Sí, ese maravilloso equipo que deslumbró en los 90.
Yo fui y seré toro, sí toro de Neza, de Arangio, de Memo Vázquez, de un veterano pero no acabado Pablo Larios, del Piojo Miguel Herrera.
Sí, el Toros Neza de las máscaras, de los pelos pintados, pero sobre todo, lo más importante, el Toros Neza de un grande: Antonio Mohamed.
Antonio “El turco” Mohamed marcó una época en el futbol mexicano. Su alegría era contagiosa, agradaba verlo jugar y deleitaba a sus seguidores (entre ellos, yo) e hizo ganador a un equipo que pintaba para descender en un dos por tres.
Tony, como le decían en el equipo, llegó a México de Huracán y de inmediato se ganó a los seguidores del en un principio gitano equipo, lo llevó a una final y lo condenó al descenso al abandonarlos.
Por Mohamed amé al Toros Neza, amé verlos jugar, verlos salir con las máscaras de abuelita (la del Turco), de Bart Simpson (Germán Arangio), de Kiss (Memo Vázquez) o de monstruos.
Lloré de alegría al llegar a la final del invierno 98, pero más lloré cuando Chivas nos ganó y humilló 6-1 (desde eso soy antichiva, y como lo más radical de esa postura es ser americanista, pues ahora soy americanista), y derramé lágrimas de sangre cuando descendimos (ya sin Tony).
Por Mohamed apoyé al América por primera vez, cuando el argentino fue llamado como refuerzo del club de Coapa para la Libertadores. Toros Neza, gran época del futbol mexicano, gran época de mi vida, pero todo tiene que acabar.
Al Turco, sin embargo, no se le acabó la magia y la alegría. Hace un tiempo volví a llorar por su causa, lloré al enterarme que su hijo Farid de 9 años murió en un accidente de tránsito en Alemania, en fechas mundialistas.
Lloré porque Mohamed es más que un jugador de futbol, es un perssonaje, un emblema del club que me dio alegrias futbolísticas y otras personales, lloré porque Tony estaba desgarrado y me dio una nueva lección de vida: regresó a Argentina para subir a Primera División al club que lo vio nacer, al Huracán, donde es ídolo igual que en Neza y en Mérida (aunque sólo tenga un fan, que soy yo).
Sobra decir que cuando se hizo técnico del América fui “doble campeón”, además de que ya en Xolos habíamos tenido juntos un título.Pero nada de eso repara el daño de ver a mi equipo descender.
Algunos descienden y permanecen muchos años en el ascenso, como Celaya, Correcaminos, entre otros. Toros Neza era tan grande que no cabía en el redil de la Segunda, aunque no alcanzaba para llegar a Primera nuevamente. En fin, es un dolor tan grande que ni a mis amigos chivas se lo deseo.
El rey de España
No, no hablamos de Felipe de Bourbon (y scotch). Hablamos del agarrón interesante que se presenta este sábado entre Madrid y Barcelona, aunque no en el mismo frente. El Real va a A Coruña, mientras los culés enfrentan al Granada en campo ajeno.
Los blaugranas tienen un punto más que los merengues, por lo que les basta hacer exactamente lo mismo que ellos para ser campeones. A los blancos, por obviedad, solo les basta la victoria propia y la de los granadinos para llevarse la gloria.
Será un desenlace como el que tuvimos hace dos años, cuando el Atlético tenía todo para ser campeón, con el Barcelona pisándole los talones, con la diferencia que en esa ocasión el calendario decidió que los dos contendientes se enfrentaran entre sí la última fecha, haciendo más intenso el cierre.
Al final se coronaron los colchoneros, mientras el Barcelona del Tata Martino vio cómo se le fue todo al caño. Este año podría ser igual. Ya sin Champions, aspiran a un doblete Copa-Liga que a ellos le sabe a poco, pero que si no los consiguen será uno de los fracasos más grandes de la historia.
Con salsa de Curry
La NBA entra a sus finales de Conferencia, pero no entraremos todavía en detalles. Lebron James busca un trono que tiene un solo dueño, los Golden State Warriors.
Ya demostraron que sin su máxima figura, el MVP más jordaniano de la historia, pueden ganar. Y con él, son invencibles. A eso súmale que el Thunder les hizo el favor de eliminar al que en teoría sería su rival más duro, los Spurs, y el camino a la dinastía queda allanado.
El mejor de Europa
¿Quién merece ser llamado el mejor jugador mexicano en el extranjero? Será tema de debate y lo tendremos. Vayan preparando sus argumentos para decirme si es Raúl Jiménez, Chicharito o Layún, si te gusta más. Haremos una selecciín ardua de motivos antes de coronarlo como el virrey.
Te agradezco tus comentarios, pastelazos y todo lo que tengas que decir en mis redes sociales: Facebook, eduardo herrera correa y en twitter, @deprimeramid. Mientras tanto, no dejes de vivir la vida tras un balón.
Por: Eduardo Herrera
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