Desaparecerán los partidos “morralla”; perderán registro
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La democracia a la mexicana degeneró. Y peor la oaxaqueña. Alcanzan una de sus máximas expresiones históricas de prostitución. La partidocracia es regenteada por las diversas cúpulas.
Grupos, corrientes, tribus y clanes son verdaderas mafias. En un país capitalista dependiente. como el nuestro, tienen como hermana bastarda a la telecracia. La sociedad es audiovisual.
Nada nuevo bajo el Sol, ciertamente. Vivimos formas impuras, degeneradas y corrompidas de gobierno. El genial filósofo griego Aristóteles, hizo la advertencia hace más de dos siglos.
Las formas impuras son, la tiranía o degeneración de la monarquía; la oligarquía o forma corrompida de la aristocracia; y la demagogia u oclocracia, degeneración de la democracia.
El gobernante pervierte su misión de buscar el bien de la comunidad vía la justicia y hace del poder público instrumento de sus intereses egoístas y los gobiernos desvirtúan sus finalidades.
Platón, discípulo del Estagirita, alertó por su parte, que el mayor defecto democrático es tratar a los desiguales como iguales. Sus habitantes viven en un régimen placentero y anárquico.
Y vaya que no faltó razón al maestro de Alejandro Magno. Los seres humanos somos iguales existencial, pero no vivencialmente. De ahí que la Ley intente fallidamente hacerles iguales.
Una de las características peculiares del régimen democrático es que en tal gobierno hay licencia casi absoluta para todos los modos de vida. La corrupción es el elemento dominante.
La forma de vida en un régimen democrático da al azar el mando de sí mismo al primero que cae, hasta que se sacia y lo da a otro, sin rechazar a ninguno, sino sosteniendo por igual a todos.
La característica más importante del ser humano en los gobiernos democráticos es colocar en una escala horizontal a todos los placeres, no encontrando diferencia cualitativa entre aquellos.
Por lo mismo, el hombre democrático considera a todos los deseos como dignos y justos. Los principios y valores del ser humano se ven descompuestos y eliminados de su escala jerárquica.
El conocimiento del alma humana permitió a Aristóteles y a Platón advertir con visión de futuro las miserias de los actuales gobernantes, políticos y funcionarios públicos del mundo global.
A la luz de la condición humana es posible entender por qué nos gobiernan los peores. Y cómo a través de detonar sus pasiones, ambiciones, adicciones y perversiones, lo hacen posible.
Bajo el color de este cristal, es entendible la creciente descomposición económica, política y social en Oaxaca. La larga Noche Negra inició en la década de los 70. Jamás será justificable.
Basta observar el actual proceso electoral local. Traiciones y más traiciones. Tránsfugas, popularmente conocidos por el pueblo como ‘chaqueteros’. Compra y venta de candidaturas.
Campañas negras, cuya guerra sucia incuba el riesgo del estallido de brotes de violencia. Atentados y/o ejecución de algún candidato. Hay ya amenazas de muerte en las redes sociales.
Estas herramientas globales de las nuevas tecnologías de la información empollan el huevo de la serpiente. Prohíjan el odio social irracional. Es la máxima expresión estúpida de la mezquindad.
Los oaxaqueños sufrimos en carne propia la proliferación de partidos políticos. Doce en total en el actual proceso electoral local: Acción Nacional, Revolucionario Institucional, del Trabajo,
Partido de la Revolución Democrática, Verde Ecologista de México, Movimiento Ciudadano, Unidad Popular, Alianza Nacional, Social Demócrata, Movimiento de Regeneración Nacional.
Los otros institutos políticos son Encuentro Social y Renovación Social. La balcanización de los partidos políticos representan otra faceta de la degeneración y prostitución de la democracia.
Salvo el PAN, PRI y la irrupción del Mesías Tropical con Morena, PRD, PVEM, PANAL estarían condenados a desaparecer como partidos políticos sin las alianzas coalicionistas.
En un ejercicio de creación de escenarios futuros, quienes están condenados a desaparecer, si no se alían de facto a una de las dos coaliciones mayoritarias son, el PMC, PUP, PSD, PES y PRS.
Son los llamados popularmente partidos “morralla”, cuyo registro nacional o local fue producto de negociaciones. En la actual coyuntura pueden operar, sin embargo, como partidos “bisagra”.
No hay que olvidar que Unidad Popular, Social Demócrata, Encuentro y Renovación Social ofrecieron su registro a Benjamín. Pero el senador perredista les bateó y se fue con el PT.
Los partidos en el poder, coaligados o no, les crearon para pulverizar el voto y amarrar el triunfo con su voto duro. Pero la mala selección de candidatos vía imposiciones pone en riesgo ganar.
Los exitosos casos del Partido del Trabajo y del Movimiento de Regeneración Nacional, son dignos de escrupuloso análisis, en virtud que representan fenómenos atípicos emergentes.
Y lo son más que por la fuerza de los propios partidos políticos de referencia, por sus caudillos iluminados, Ángel Benjamín Robles Montoya y Manuel Andrés López Obrador (MALO).
Ambos son fanáticos fundamentalistas, obsesionados enfermizamente por tomar por asalto el poder para saciar su odio y sed de venganza contra quienes consideran les robaron el triunfo.
Uno y otro pretenden convertirse en sepulturero del Partido de la Revolución Democrática. Los dos desertaron y reniegan del Partido del Sol Azteca que les impuso como sus candidatos.
López Obrador y Robles Montoya son el peor ejemplo de políticos tránsfugas, chaqueteros, saltimbanquis o chapulines. Ambos mandaron al diablo la convicción y militancia partidista.