El Covid-19 ha generado una devastadora suma de decesos que supera los 18 mil 250 al momento de escribir estas líneas, con más de 181 mil contagiados en el país.
Además, la pérdida de fuentes de empleo de enero a mayo de este año tiene un acumulado de 838 mil 772, de los cuales, el 70 por ciento corresponden a empleos permanentes, informó el IMSS.
Con más de tres meses inmersos en esta circunstancia, es momento que la reflexión se convierta en acción, llegó el punto de hacer de los dichos, hechos, para iniciar una tendencia de recuperación, amén de la contingencia sanitaria; éste es el tiempo de la creatividad y las decisiones colectivas bien enfocadas, para que los esfuerzos individuales sumen y abonen al bienestar general.
Es preminente que el gobierno en sus tres niveles cumpla con una responsabilidad histórica y se interne en un esfuerzo por reactivar la economía, la generación de empleos y la estabilidad nacional, a través del impulso a la generación de empleos y la reactivación de empresas que están a punto de desaparecer.
Deberá sin duda, replantearse la política fiscal nacional, y esto deberá permear a Estados y Municipios en un ejercicio que como nunca en el pasado, dé a los emprendedores herramientas para innovar, para crear, para multiplicar, vender y crecer, tienen que generarse urgentemente los incentivos fiscales que impulsen la productividad nacional.
En paralelo, el sector empresarial tiene la oportunidad de impulsar como nunca, la creación de Clústers Empresariales para evolucionar y desarrollar estrategias locales, con visión global, que permita la construcción de una red de negocios interconectados que aglutinen a diversos mercados, les satisfaga y generen empleos y nuevas empresas.
Un clúster es una especie de concentración de empresas en una zona geográfica determinada o la concentración de diferentes organizaciones relacionadas, con un objetivo concreto y que están presentes en un Estado o región, es un sistema de producción con la capacidad para dirigir y configurar un grupo local con una división de tareas que se complemente, es decir, es una zona que tiene una ventaja competitiva sostenida en una industria determinada.
Ejemplo, cuando hablamos de un Clúster empresarial financiero, hablamos de Nueva York, Hong Kong, Londres, Singapur o Tokio, que son las capitales financieras por excelencia, otro ejemplo, es el Clúster empresarial de moda, ése lo encontramos en París, Milán, Nueva York y Madrid.
En Oaxaca y en el Istmo, tenemos ventajas competitivas en diversos rubros que, definitivamente, podrían detonar Clústers empresariales, y te comparto, hay tres ventajas primordiales que da un Clúster: 1.- Aumenta la capacidad de innovación, 2.- Incrementa la productividad y 3.- Reduce costos.
Estas ventajas se obtienen por la posibilidad de compartir conocimientos, capacidades, experiencias y, sobre todo, recursos.
Los Clústers empresariales no involucran a más de 10 empresas y es fundamental recordar que no son herramientas tácticas, sino instrumentos estratégicos que, hoy por hoy, pueden impulsar la economía local de una manera positiva.
Tenemos que descubrir las áreas de oportunidad para hacer las sinergias, para generar el empoderamiento a través de la unión, para establecer una nueva génesis en la forma de generar empleos, empresas, divisas y oportunidades para Oaxaca y el Istmo; y a través de un Clúster empresarial, sumaremos talento, creatividad, sueños, confianza, inspiración y nuevos logros personales y colectivos.
La columnista es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales, Delegada Regional de Atención en el Istmo del Gobierno del Estado, ex Secretaria de la Mujer Oaxaqueña, contáctala en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira