El Sindicato de Trabajadores de la Educación de Yucatán (SETEY) se encuentra en una encrucijada que no puede ser ignorada. Durante las gestiones de los profesores Carlos Angulo Flores y su antecesor, José Luis Flota Pech, el manejo de las cuotas sindicales, bienes inmuebles ( Que hicieron con la Unidad Deportiva SETEY que estaba en Umán) y vehículos del sindicato ha estado marcado por la opacidad y el hermetismo. La pregunta es simple: ¿Dónde está el dinero de los trabajadores y qué ha pasado con los recursos del sindicato?
Es inaceptable que un gremio creado para proteger los derechos de los maestros se haya convertido en un feudo de privilegios y secretismo.
*Los afiliados tienen derecho a conocer en qué se han utilizado sus aportaciones económicas y si los bienes del SETEY siguen siendo patrimonio del sindicato o si han sido dilapidados en maniobras poco claras.*
Exigimos una auditoría exhaustiva e independiente que investigue el destino de cada peso de las cuotas sindicales, cada transacción relacionada con los bienes del SETEY y la administración de los recursos vehiculares. No se trata de una cacería de brujas, sino de una demanda legítima por transparencia y rendición de cuentas.
El magisterio yucateco merece respuestas y, sobre todo, justicia. La corrupción no puede seguir siendo la norma en un sindicato que debería ser un bastión de integridad y lucha por los derechos laborales. Es momento de que las autoridades estatales y federales intervengan para esclarecer la situación y evitar que el SETEY siga siendo un botín en manos de unos cuantos.
Si no se toman medidas ahora, la impunidad sentará un peligroso precedente que socavará la confianza en las instituciones sindicales. El magisterio de Yucatán no puede ni debe seguir siendo rehén de liderazgos opacos y gestiones dudosas. Exigimos transparencia, rendición de cuentas y justicia. La pregunta sigue en el aire: ¿Se atreverán a responder?