DETRÁS DE LA NOTICIA
Alfredo Martínez de Aguilar
* El cura José Alejandro ha guardado silencio cómplice al igual que la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Rosario Piedra, ante la agresión a los migrantes en Chiapas.
* Con justa razón, el diputado Porfirio Muñoz Ledo calificó de “salvaje agresión” de elementos de la Guardia Nacional contra migrantes hondureños y la aprehensión de más de 400 hondureños.
Ante la farsa y traición del cura Alejandro Solalinde Guerra, acusado reiteradamente de pederasta, a las víctimas de la violencia y los migrantes, es linchado en las benditas redes sociales.
El tiempo nos dio la razón. No nos equivocamos al calificar de farsante y traidor a las víctimas de la inseguridad y violencia, y a los migrantes en nuestra entrega del 9 de diciembre de 2019.
El cura José Alejandro ha guardado silencio cómplice al igual que la presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Rosario Piedra, ante la agresión a los migrantes en Chiapas.
Con justa razón, el diputado Porfirio Muñoz Ledo calificó de “salvaje agresión” de elementos de la Guardia Nacional contra migrantes hondureños y la aprehensión de más de 400 hondureños.
El legislador de Morena dijo que el actuar de los uniformados es una violación al artículo 11 de la Constitución y de los tratados internacionales. Es “vandalismo” que configura varios delitos que deben ser perseguidos.
El artículo en comento establece que toda persona tiene derecho a “entrar, salir y viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes”.
Al igual que la mayoría de los izquierdistas, Solalinde es un hipócrita farsante, corrupto, incongruente, que ha usado a los migrantes para enriquecerse con los millonarios subsidios que presuntamente recibe.
En marzo de 2018, el hoy Obispo Emérito de Veracruz (México), Mons. Luis Felipe Gallardo, aseguró que el sacerdote Alejandro Solalinde “recibe mucho dinero” y tiene prohibido celebrar Misa en su diócesis.
En esa ocasión, Monseñor Gallardo Martín del Campo dijo que el Padre Solalinde “tiene subsidios, y subsidios muy fuertes, tiene economía, tiene dinero”.
Pero también es un cura traidor a Dios, seguidor de la Teología de la Liberación y su supuesta opción preferencial por los pobres, a los que igual que sus correligionarios usa como carne de cañón en México y Oaxaca.
Para quedar bien con el presidente Andrés Manuel López Obrador, hábil y genialmente perverso, Solalinde traiciona a las víctimas de la inseguridad y violencia, se distancia y crítica al poeta Javier Sicilia y a los LeBarón.
Ahora, se olvida de la defensa de los derechos humanos de los migrantes en la frontera sur de México de la que toda su vida hizo su bandera político-económica en México y el mundo.
“No ha cambiado nada. El Presidente no puede decir esta estupidez: fuchi y guácala. Con esto no estoy llamando a las balas, sino a cuánto Estado tenemos que construir”, sentenció Sicilia un año después de López Obrador en el poder.