¿Días contados al “súperdelegado”?

Círculo Rojo

Por: Iván Duarte

Fuentes internas del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) han “pelado oreja” con un rumor que rápidamente se ha esparcido, como pólvora, entre los militantes en Yucatán, que según ha referido anteriormente su dirigente local, Mario Mex Albornoz, son poco más de 30 mil. La destitución de Joaquín Díaz Mena como Súperdelegado.

Resulta que en la visión “ideológica” de los más fieles al partido, lo que ahora importa es defender la victoria de Andrés Manuel López Obrador en todo el territorio nacional, la defensa de lo que llaman, contra la corrupción, contra el viejo régimen, contra el prianismo, y blindar a la 4ta Transformación.

Y en esa autodefensa, todo neófito deberá ser asimilado sin mácula, y los que estén “manchados”, que ya fueron etiquetados de oportunistas, es decir, aquellos que vienen de otros partidos, llámese PAN, PRI e incluso del PRD u otras izquierdas, pasarán a una segunda o tercera línea de gente “útil”.

Y es en esta premisa en donde no cabe, y eso han hecho creer a los feligreses marrones los principales ideólogos, personajes como Joaquín Díaz Mena, “Huacho”, quien funge como “súperdelegado” en Yucatán desde el 18 de diciembre del año pasado.

Medios nacionales han informado que vienen importantes cambios en la estructura nacional dictados por AMLO para finales de año, y en esa coyuntura, se habla ya de una posible salida del “huachinango”, del cargo actual que ostenta. Y se habla también de un tiempo; entre octubre de este año y enero del próximo.

Para Díaz Mena, las cosas no han sido fáciles. En el partido simplemente lo ven como un invasor, el hecho de que haya salido del PAN, que es en extremo, la visión contraria a Morena en su más pura manifestación, ha sido el principal argumento empleado dentro de las filas morenistas para que no sea bien visto.

Esto ya lo han percibido gente cercana al oriundo de San Felipe, como Ismael Peraza Valdéz y Felipe Duarte Ramírez, quienes intentan desesperadamente desmarcarse de “Huacho” para ganar la confianza en el partido de AMLO. Esto a sabiendas que todos los nombres dados por el súperdelegado para ocupar posiciones han sido rechazados, precisamente por su vínculo panista. Salvo algunas contadas excepciones, como su cercano Domitilo Carballo Cámara, de los Pueblos Indígenas (INPI).

Díaz Mena tiene muchos frentes abiertos, mantiene enemistad con el Gobernador Mauricio Vila Dosal, es decir, no tiene aliados en el gobierno de su anterior partido. Al menos no en el grupo que hoy gobierna en el estado. No logra convencer al interior de Morena, en donde ya se encargaron de etiquetarlo de oportunista, a él y su séquito. Y al interior de su equipo empieza a haber desbandadas.

Sus enemigos en Morena esperan que a finales de año, a partir de octubre, cuando el partido inicie el proceso para elegir a su dirigente nacional, entonces, y en cascada puedan hacer el cambio local por otro súperdelegado, ya que también se avecina un proceso interno para renovar la dirigencia local, hoy en manos de Mex Albornoz.

Resta el Presidente. AMLO, quien difícilmente quiera tirarse encima el descontento de los morenistas yucatecos en caso de que opte por defender a Huacho, y que también resultaría complejo que quiera poner en riesgo de forma innecesaria su buena relación con Vila Dosal por Díaz Mena.

Al Huachinango, que no es un político improvisado, le restan también sus operaciones en las altas esferas nacionales de Morena, en donde está tratando de construir amistades. Mientras eso sucede, los morenistas en la entidad aseguran tenerle los días contados al ex panista.

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