El Juglar de la Red|Por Rafael Cano Franco
Un régimen gubernamental que pretende establecerse de manera definitiva en una sociedad, requiere una estructura de respaldo social (bases sociales), también reclama medios a modo y lo más importante, necesita alimentarse de sangre nueva, jóvenes ideologizados que estén comprometidos con el nuevo concepto de sociedad que pretenden construir.
Lo anterior no es nuevo, es todo un modelo sociológico que se instrumentó en los gobiernos comunistas prosoviéticos y que tuvo como eje central la Universidad “Patricio Lumumba” donde se adoctrinaba en teoría marxista y se establecían las bases para la formación de los líderes sociales.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo a lo que han dicho sus propios seguidores, como John Ackerman un sociólogo estadounidense nacionalizado mexicano, que forma parte del Instituto de Formación Política de Morena y cuya influencia en la creación de dos decenas de universidades nacionales es fundamental.
En términos sintéticos el pensamiento es acabar con el proceso de educación neoliberal que consideran fue dañino para los mexicanos y en su lugar suplantarlo por una educación con mayor conciencia de clase, ponderando por encima de todo el compromiso con lo que llaman causas sociales profundas.
El grave problema de la educación no se circunscribe a si es neoliberal, conservador o comunista; de alguna manera todos los sistemas educativos terminan por estar soportados en una ideología y un pensamiento dominante.
En el sistema neoliberal actual los temas de la tolerancia, la inclusión sexual, el aborto, la eutanasia, los matrimonios entre personas del mismo sexo y el respeto a la diversidad sexual están presentes en la educación que se imparte, solamente por eso es que forman parte de la agenda social y se discuten abiertamente.
El punto central es que esos temas están vigentes porque existe libertad en la cátedra, algo que no sucede en los gobiernos donde la educación adoctrina en lugar de ayudar a pensar y reflexionar.
Las mejores instituciones educativas de México no son aquellas que tienen más recursos o dinero, ni tampoco las que cuentan con los edificios más bonitos o la más moderna tecnología; todo eso es muy importante en la calidad de la educación que imparten, pero lo que realmente las hace fuertes es la libertad educativa que existe en su interior.
El problema es que la libertad de cátedra se pierde en aquella institución que fue creada exclusivamente para adoctrinar; el totalitarismo educativo no puede germinar en la libertad porque sus postulados ya fueron rebasados y son obsoletos, eso obliga a eliminar todo tipo de pensamiento que lo rebata o lo exhiba como la falacia que es.
La libertad florece en la libertad; el adoctrinamiento requiere de censura, acotamiento de ideas, cerrar el paso a posturas divergentes y controlar todo lo que se imparte, por ello es que la liberta estorba y entonces debe eliminarse.
La idea de abrir más universidades se recibe con entusiasmo, a nadie hace daño y sí genera bienestar abrir espacios para que los jóvenes puedan tener oportunidades de crecimiento; pero los centros educativos como Ayotzinapa no sirven de mucho si son utilizados para crear jóvenes alienados con el pensamiento marxista.
Educar es un proceso caro, pero resulta muy caro utilizarlo para formar mentes que solamente puedan pensar de una manera; lo determinante en la educación superior es su universalidad, poder analizar, discutir y debatir todas las corrientes de pensamiento para llegar a la reflexión de lo más conveniente.
Crear universidades solamente para formar conciencias políticas es, no solamente un error estratégico en cuanto a lo que reclama la sociedad, es también una forma burda de malgastar el recurso público y por tanto es un acto de corrupción.
Lo que vienen pregonando los voceros de Morena es precisamente crear una estructura educativa que los alimente de jóvenes alineados en un único pensamiento, que no puede ser otro que el socialismo autóctono de Morena y así poder darle un piso social con fundamento ideológico a la Cuarta Transformación.
La diferencia es que al educar se abre la mente y permite explorar el mundo; adoctrinar es cerrarse a un solo concepto y admitir como dogma de fe que es el verdadero.
Rafael Cano Franco es reportero y conductor de noticias en radio, también preside el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C.