¿Quienes son los Maestros?

A través de lo Espiritual y la Docencia brinda esperanza a los desamparados
(Tercera entrevista)
Por: Alejandro Blanqueto
Quiero iniciar la siguiente entrevista resaltando ciertos fragmentos del Artículo 3°, expresados en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en el cual se lee lo siguiente:
“Toda persona tiene derecho a recibir educación. En los Estados, Ciudad de México y en los Municipios; se impartirá educación preescolar, primaria, secundaria y media superior. La educación preescolar, primaria y secundaria conforman la educación básica; ésta y la media superior serán obligatorias.
Aunque lo expuesto en el párrafo anterior ha recibido modificación durante los últimos sexenios, el primer inciso de dicho artículo ha permanecido intacto; recito:
A. “Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, la educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa”.
Esta entrevista enlaza lo educativo con lo religioso, con la única finalidad de dar cobijo al pobre, al más necesitado, desde un ámbito profesional, visto con el don de la docencia; de ahí parto, para contar la labor que viene realizando la Hermana María Magdalena García Alcalá, originaria de la Ciudad de México, egresada de la Escuela Normal de Guadalajara en la Especialidad de Lengua y Literatura; quien forma parte de una familia de cinco hermanos y que actualmente cuenta con 52 años dentro de la Congregación de las Hermanas de San Vicente de Paúl y hoy por hoy, es pieza fundamental en el engranaje del buen funcionamiento del Centro de Rehabilitación “Cottolengo Yucatán A.C.”.
Proveniente de una familia unida, desde muy joven, nace en ella la vocación de pertenecer a la Congregación de las Hermanas de San Vicente de Paúl; donde ingresa con solo estudios de secundaria; posteriormente la misma congregación la apoya con sus estudios de preparatoria.
Tiempo después concluye la Nivelación Pedagógica, la cual le brinda el acceso a ingresar a la Escuela Normal de Guadalajara, donde se gradúa con la Especialidad en Lengua y Literatura.
Su trayectoria frente a grupo la ha realizado en diversos centros y albergues distribuidos en todo lo ancho y largo de la república mexicana, los cuales son cobijados por dicha Congregación; muchas de estas, enfocadas a los sectores más pobres y necesitados. Impartiendo clases a jóvenes y niños abandonos, indígenas o con algún tipo de adicción. Teniendo que acoplarse siempre a las necesidades que se requieran; impartió preescolar; 4° y 6° de secundaria; orientación educativa y clases de cultura musical.
En un periodo corto de tiempo, obtiene el cargo de Directora en el Centro Educativo Gota de Leche, la cual es una Asociación Civil, que inicia sus actividades en junio de 1946, como un servicio asistencial de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, teniendo como propósito inicial el de atender las necesidades alimenticias de la población infantil en Tacubaya, en la Ciudad de México.
Actualmente ostenta el cargo de Coordinadora en el Centro de Rehabilitación de Enfermos Alcohólicos y Drogadictos “San José Benito Cottolengo” de Yucatán.
Bien cabe señalar que el pasado 8 de octubre este Centro de Rehabilitación cumplió 32 de servicio a favor de los enfermos más desamparados.
La Hermana Magdalena, señala que Cottolengo es de suma importancia y trascendencia para los alcohólicos y drogadictos en su rehabilitación; llegando a descubrir en los internos, quien cataloga como a sus alumnos, las ganas enormes que tienen de salir adelante y reincorporarse a sus familias y a la sociedad.
Recuerda que al llegar no tenía ninguna experiencia en el trato con enfermos alcohólicos, sin embargo de inmediato descubrió y valoró las ganas que tienen los muchachos internos en salir adelante, le queda claro que esta enfermedad, es otra clase de pobreza, una pobreza no solo material, sino también espiritual. Muchos de los que están en Cottolengo son personas que han cursado estudios universitarios y superiores, pero que su nivel estudiantil no les ha ayudado a evitar el alcoholismo.
El rango de edad que debe tener un alcohólico para ingresar a Cottolengo es de18 a 52 años, teniendo un programa de rehabilitación con duración de 9 meses; contando con visitas familiares hasta los primeros 2 meses y los que logren llegar a los 4 meses podrán obtener el derecho a salir un fin de semana. Haciendo hincapié a los aspirantes que tendrán que cumplir con terapias de rehabilitación y ocupacional de AA y espiritual.
La Hermana Magdalena concluye su entrevista resaltando que a través de su profesión docente y el amor a Cristo, la han llevado a transformar la vida de las personas más pobres; no solo pobres materialmente hablando, sino también espiritualmente y gracias al apoyo que ha recibido de la Congregación de las Hermanas de San Vicente de Paúl, ha llegado a ver en los más necesitados a esos alumnos que necesitan de su apoyo para salir adelante.