Invasión silenciosa; el Dragón Rojo 

Círculo Rojo

Por: Iván Duarte

Antes de entrar en materia, quisiera dejar en claro que no hay ningún dejo “xenófobo” en este texto, no hay un contexto racial en esta columna, sino, la intensión de visibilizar un problema de índole socio-económico; la silenciosa invasión china en esta entidad, con target primario, la capital yucateca.

Hace unos días publicamos en nuestro sitio web www.noticiasmerida.com.mx la nota “Cierra juguetería Alegría; un ícono del Centro Histórico de Mérida”, en la que dimos a conocer el fin de décadas de este comercio de juguetes, y de la cual me siento honrado que, posteriormente, otros medios de comunicación hayan replicado.

Al calce del post en redes sociales, varios fueron los comentarios de usuarios que se refirieron al factor del crecimiento de comercio chino como causante de ese cierre. Independientemente de la calidad de los productos de Alegría.

Lo que no detallé en la nota, es lo que a continuación comento; justo en frente de esta tienda ahora cerrada, se encuentra lo que era un local de Ferretería Berny, durante mucho tiempo estuvo inoperante, y ahora está en remodelación. Trabajadores en ese local refirieron que el remozamiento sería para aperturar un negocio chino.

Bien, de ahí, hicimos un recorrido en 6 calles, del cuadrante oriente nada más. De la calle 58, entre 63 y 61, a espaldas de la Catedral de San Ildefonso, en dirección a oriente. Contabilizamos un total de 21 comercios chinos. Cuatro de ellos de comida. Todos los demás de comercio al por mayor, es decir, algo así como 3.6 negocios asiáticos por calle.

¿Imagine usted el número de comercios de China en el resto del centro histórico de Mérida?, que ya de por sí se habla, que no pertenece más al meridano, sino al extranjero, principalmente al anglosajón que tiene capacidad de compra elevada por el valor de su moneda. Los precios de los predios aquí, les resultan baratos. Algo que para el local es a la inversa, incosteable.

A este fenómeno, se le ha llamado gentrificación, o una parte de ella. Y todos hemos visto como ha escalado este tema a problema social. Incluso han habido marchas en contra, dos de ellas en CDMX, la última en julio pasado.

INCÓGNITAS

Me vienen a la cabeza muchas preguntas en torno a esta situación, pero la primera de ellas es, sin duda, ¿porqué no se dice nada, o se ha dicho muy poco sobre este tema?

Alguien por ahí me dijo; “será la nueva comunidad libanesa”, pero en lo personal, considero que, el asiático tiene tradiciones e idiosincrasia muy diferente a la nuestra. Con los libaneses ha habido coincidencias, incluso religiosas. Con el asiático esto no pinta igual. Y ha quedado claro en ejemplos que tenemos de otros estados en esta misma situación e incluso países.

Se desarrolla una cultura dentro de la cultura huésped.

La siguiente pregunta es ¿Porqué el empresariado no se ha pronunciado sobre este tema, desde la óptica de problema social?, como sí lo ha hecho en temas como la informalidad.

La Canaco es la principal en hacer mención de ella. Según prospecciones, este 2025 la tasa de informalidad está por encima del 56%, y durante años ha sido un esfuerzo de la misma cámara empresarial, por que estos informales hagan las cosas bien. El argumento central es que, mientras los establecidos pagan sus impuestos, los informales no.

Luego entonces, consideré que ese era el principal motivo por el que “no hay fijón” con los chinos, por pagadores. Pero no.

Como anécdota, supimos que, cierto líder empresarial nacional, se encuentra refugiado en nuestra ciudad. Esto porque desalojó a informales que se apostaban cerca de Televisa Chapultepec, zona controlada por la Mafia Tepito. Por tal motivo, se presume que, dicha mafia le hizo llegar una amenaza de muerte.

Notas periodísticas diversas publicadas en la CDMX, hablan sobre la evasión fiscal que tiene consigo la operación china en las ciudades donde se establece. Compran locales u ofrecen el pago de rentas más altas que cualquier comerciante local. Si una renta costaba $8,000.00 pesos mes, ellos ofrecen $20,000.00.

Ese es el primer golpe que asestan. El segundo es que sus operaciones las manejan principalmente en efectivo. Lo que hace difícil la retención y pago de impuestos, por lo que insistimos con esta pregunta ¿porqué nadie ha pegado el grito en el cielo por esto?

La respuesta más próxima que encontramos es la siguiente: La Jornada publicó en mayo pasado, una nota periodística con el siguiente titular; “Suben a 20% las importaciones chinas en México; las de EU caen”.

Entre las muchas cosas que se pueden leer ahí, se encuentra esta “Desde 2023, China es el segundo socio comercial de México y el más dinámico en el comercio exterior del país en los que va del siglo XXI. Para nuestro país, la sustitución de importaciones estadunidense por chinas ha sido particularmente profunda”, señala el estudio “Aspecto para una agenda estratégica México-China”, publicado por Centro de Estudios China-México (Cechimex)”.

Dicho de otra forma, el empresario mexicano ya compró la idea de que China desplazará a Estados Unidos en los años venideros y muchos no quieren perder el negocio que representa o lo hará a futuro, ser de los primeros socios, y eso no excluye a los yucatecos.

La tercera pregunta es ¿Acaso no contribuye esta sociedad comercial a complicar aún más la difícil situación económica que ya se respira con la actual política del régimen de gobierno en turno, basada en el asistencialismo?

La respuesta lógica es que sí, pero precisamente por esta razón, los capitales nacionales y locales están buscando formas de supervivencia económica.

Para no cansar ¿Cuántos años estiman los empresarios que podrán jugar al tú por tú con los asiáticos, antes de que estos crezcan lo suficiente para hacerse notar como los amos del juego?

Hoy parece que el tema es silencioso y/o secreto. Pero es evidente, como evidente es también la sospecha de que, no tendrá freno, porque el Dragón Rojo ya tiene socios en Yucatán.

Gracias.

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