Yucatán es una ciudad reconocida por sus bajos índices de criminalidad. Sin embargo, no todas las y los habitantes tienen otra percepción: la cifra negra de delitos y el aumento de ciertos delitos indicarían que la ciudad no es tan segura como se cree.Mérida, Yucatán, 12 de enero del 2025.– En diciembre de 2023, Paola García fue violentada por su expareja, quien difundió fotos íntimas de ella y la seguía a los lugares que frecuentaba. Decidió denunciar los delitos ante la Fiscalía General del Estado (FGE), pero a pesar de contar con pruebas claras, su experiencia fue desalentadora.
“Me hicieron esperar más de una hora, omitieron detalles importantes en mi declaración y nunca dieron seguimiento al caso“, relata. También buscó ayuda en la universidad en la que estudiaban ambos, pero las autoridades ignoraron su situación, dejándola con una profunda sensación de vulnerabilidad.
Yucatán ha sido reconocido como uno de los estados más seguros de México. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los homicidios incrementaron un 103.41% pasando de 88 casos en 2018 a 178 casos hasta noviembre de 2024. Por otro lado, en 2018 fueron denunciados 2371 casos de robos, disminuyendo significativamente a 462 casos en noviembre de 2024. Los delitos sexuales también pasaron de 341 casos en 2018 a 169 en 2024.Foto de Carlos de Alba
Sin embargo, especialistas como Jorge Fernández, director del Centro de Derechos Humanos Utsil Kuxtal, advierte que las cifras oficiales no siempre reflejan la realidad https://www.gob.mx/sesnsp/acciones-y-programas/incidencia-delictiva-del-fuero-comun-nueva-metodologia?state=published completa. Fernández señala que existe una cifra negra de delitos no denunciados, en la que las víctimas prefieren no acudir a las autoridades debido a la falta de confianza o el temor a ser revictimizadas.
Tal es el caso de Carlos Nieves, quien fue víctima de un fraude al intentar vender su camioneta por redes sociales. Tras descubrir que el cheque con el que le pagaron carecía de fondos, intentó levantar una denuncia ante la Fiscalía, pero se encontró
con actitudes despectivas de las autoridades.
“Me insinuaron que era mi culpa por confiar en el comprador y básicamente me dijeron que no valía la pena denunciar“; recuerda Carlos, quien decidió abandonar el proceso ante la falta de apoyo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2024 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), durante 2023 en Yucatán no se denunciaron ante las autoridades 93% de delitos los delitos cometidos.
La principal razón por la cual las víctimas deciden no denunciar, es porque consideran que el proceso es una pérdida de tiempo: 29.3% de los casos de 2023 no fueron presentados ante las autoridades por eso.
El INEGI enlista como segundo motivo, que para las personas, los trámites son largos y difíciles (4.9% de los casos). Y como tercer motivo, que las víctimas desconfían de la autoridad.
En Mérida, la falta de denuncias refleja problemas sistémicos y desconfianza en las instituciones de seguridad y justicia. Aunque Yucatán es de los estados más seguros, estos obstáculos limitan la efectividad del sistema y afectan la confianza
ciudadana en las autoridades.
Teresa Vázquez, coordinadora de la organización Kanan Derechos Humanos, recalca que “la violencia no siempre se presenta de forma evidente, pero está ahí. Yo no me siento segura como mujer caminando por las calles“; En su trabajo con comunidades vulnerables, ha visto cómo las mujeres indígenas enfrentan barreras para acceder a la justicia, incluyendo la falta de traductores y la incomprensión de las autoridades.
De acuerdo con Fernández, proyectos como el Tren Maya podrían incrementar las dinámicas de inseguridad en la región.
“El crimen organizado ya se está asentando alrededor de la ruta del Tren Maya, y los efectos de la turistificación y la industrialización descontrolada podrían provocar un aumento de la violencia en la región, como ya ha sucedido en Cancún y Tulum“; explica. La combinación de delitos no denunciados y la llegada de nuevas problemáticas podría generar un escenario complejo para Mérida en los próximos años.Emblema de la Secretaría de seguridad pública de Yucatán, capturado en Mérida, reflejando la seguridad del Estado.
Vázquez enfatiza que la seguridad en un lugar como Yucatán no debería entenderse únicamente desde indicadores tradicionales ni asociarse exclusivamente al uso de las fuerzas armadas. Señala la importancia de cuestionar las estructuras hegemónicas que equiparan seguridad con armamentismo y aboga por un enfoque integral que priorice el acompañamiento y fortalecimiento de los colectivos de base.
Estos colectivos, que ya trabajan en sistemas de seguridad alimentaria, apoyo entre mujeres y masculinidades contra hegemónicas, ofrecen alternativas comunitarias y sostenibles que pueden transformar la noción de seguridad desde la raíz. Para ello, recalca la necesidad de reorientar los presupuestos públicos.
Plantea que la verdadera seguridad no puede lograrse mediante armas o políticas represivas, sino a través de la construcción de entornos justos y equitativos donde el bienestar comunitario sea la prioridad. Este enfoque invita a repensar si Yucatán es realmente seguro y cómo puede fortalecerse desde una perspectiva más inclusiva y humana. Esta investigación forma parte de un proyecto escolar de la asignatura Géneros Periodísticos de la Licenciatura en Comunicación y Medios Digitales de la Universidad del Valle de México (UVM), Campus Mérida.
CRÉDITOS
Investigación:
Karla Rivera, Diego Guzmán, Gerardo González y Carlos de Alba.
Redacción:
Karla Rivera, Diego Guzmán, Gerardo González.
Fotografía y/o video:
Karla Rivera, Diego Guzmán y Carlos de Alba.