Carnaval de Mérida, cambia sede pero sigue siendo caja chica de la Comuna

Hace tres años el Ayuntamiento de Mérida, bajo la administración del entonces alcalde Renán Barrera Concha, tomó una de las decisiones más importantes en los últimos años, trasladar el Carnaval de la ciudad de Paseo Montejo, que había sido su sede desde su primera edición, al recinto ferial de Xmatkuil. Esta decisión fue polémica y aún hoy en día hay quienes siguen discutiendo sobre si fue lo mejor para este evento de gran tradición, sin embargo, este tema no es el objeto de esta columna y quedará para un siguiente análisis. Cuando se anunció este cambio el 13 de noviembre de 2013, las palabras textuales del alcalde Barrera Concha, es que su administración “se atrevía a hacer cosas distintas y que el Carnaval mejoraría en todos los sentidos”; pero hay cosas que siguen siendo igual o peor que en anteriores ediciones, sobre todo en lo que se refiere a la elección de proveedores y el manejo de los recursos. Y es que durante años, el Carnaval ha sido considerado como la caja chica del Ayuntamiento, que con oscuros intereses, ha enriquecido de manera ridícula a algunos funcionarios y empresarios amigos de la administración en turno. Delatan algunos empresarios de espectáculos que hoy en día fueron borrados por la Comuna, los negocios en lo oscurito que en sus tiempos cometía el entonces Oficial Mayor, Mario Alberto Martínez Laviada, quien a través del actual director de Obras Públicas, Virgilio Crespo Méndez, cobraba a los proveedores su cuota para que puedan entrar al negocio. Solo en carros alegóricos, las empresas tuvieron que pagar cien mil pesos por participación y para este año la cuota fue todavía mayor, de 200 mil pesos. Para la actual edición, la actual secretaria Técnica del Comité Permanente del Carnaval, Abril Ferreyro Rosado, dejó fuera a empresarios de espectáculos, por meter a gente cercana a la ella, como es el caso de Arturo Corzo Bretón, dueño de la empresa Decorart, que armó tres carros alegóricos, todos con figuras y escenarios reciclados de otros eventos, es decir, sin inversión y con la ley del mínimo esfuerzo. Corzo Bretón también tiene varias demandas en su contra del orden de Juicio Ejecutivo Mercantil, como la que interpuso la empresa Comercial Ariete a través de su apoderada Branda Serrano Morales, por el delito de fraude. El mensaje para el alcalde Mauricio Vila Dosal, es que si quiere realmente cumplir con aquella promesa que realizó su antecesor, primero tiene que limpiar la casa. Ya basta de negocios en lo oscuro, ya basta de funcionarios corruptos enriqueciéndose a costa de un espectáculo tan tradicional como es el Carnaval. Qué bien se vería la actual administración realizando una auditoría e investigación profunda al Comité Permanente del Carnaval, para limpiar de una vez por todas ese departamento que durante años ha caído en el desprestigio. Que al fin, de una vez por todas, pueda presumir que las fiestas carnestolendas no solo cambiaron de sede, sino que también cambiaron de aires. Roberto Ojeda Ver más de Roberto Ojeda
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